Tres chicos de veintitantos comparten piso así como las preocupaciones e inquietudes propias de su edad... las mujeres y... y... y las mujeres. Con un estilo absurdo, descarado, irreverente y a veces escatológico, DÉJATE DE HISTORIAS se presenta como una parodia de la postadolescencia, una etapa inmadura y gamberra, pero siempre divertida