La mayoría de la gente acepta que estar sometida a estrés puede predisponer a enfermedades. Pero fue sólo hasta los años 80 y principios de los 90 cuando los científicos empezaron a descubrir la vinculación de cuerpo y mente. Los investigadores descubrieron nervios que ligan el cerebro al bazo y el timo, órganos importantes en el sistema inmunológico, y establecieron que las neuronas pueden afectar la actividad de los leucocitos, encargados de combatir enfermedades. Es mucho lo que aún no se sabe acerca de cómo interactúan el cerebro, el sistema endocrino y el sistema inmunológico, y parte de lo que se sabe no se comprende del todo. Se sabe que altos niveles de cortisol, por ejemplo, bloquean la producción y acción de las citoquinas, que inician la respuesta inmunológica. En niveles normales el cortisol puede aumentar la inmunidad, al elevar la producción de citoquinas que combaten la inflamación.