El daño cerebral puede deberse a diferentes causas: tumores, lesiones vasculares, enfermedades infecciosas, anoxia (si se produce durante el parto, se denomina parálisis cerebral infantil), etc. Sin embargo, la causa más frecuente es la de origen traumático y recibe el nombre de traumatismo craneoencefálico (TCE). El TCE es uno de los problemas de salud más importantes en los países desarrollados, tanto por el elevado número de muertos que ocasiona como por el número de personas que, como consecuencia de las secuelas que implica, desarrollan algún tipo de discapacidad, ya sea funcional, cognitiva o, en general, de ambos tipos. El daño que sufre el cerebro después de un traumatismo se debe, por una parte, a la lesión primaria (contusión) directamente relacionada con el impacto sobre el cráneo o con el movimiento rápido de aceleración/desaceleración, y por otra parte, a la lesión secundaria.