El período entre los meses de febrero y mayo, es crítico en urbes como la Ciudad de México pues la concentración de ozono tiende a incrementarse considerablemente. Esto se debe a que el valor de las temperaturas se incrementa considerablemente, la humedad es relativamente escasa, la velocidad del viento no se muestra con severidad, así como una alta incidencia de radiación. Las autoridades instan a seguir sus recomendaciones para contener su alta concentración.