Las temperaturas en Yakutsk, la ciudad siberiana conocida como la más fría del planeta, pueden descender hasta los 50 °C bajo cero.
Enero es el mes más frío, y sus habitantes extreman las precauciones para mantenerse calientes.
Situada a 5.000 km al este de Moscú, los habitantes de la ciudad minera ven a menudo cómo el termómetro desciende regularmente por debajo de los 40ºC bajo cero.
«No se puede luchar contra ello. O te adaptas y vistes en consecuencia o sufres», explica Anastasia Gruzdeva, residente de la ciudad.
La gente sale a la calle con dos bufandas, dos pares de guantes y múltiples gorros y capuchas.
Otra vecina local, Nurgusun Starostina, afirma que no hay secretos especiales para hacer frente al frío más que usar la ropa adecuada.
Ella vende pescado congelado en un mercado sin necesidad de frigorífico ni congelador. «Sólo hay que abrigarse», dice. «En capas, ¡como un repollo!».
