La destrucción causada por los incendios en California ha reducido a cenizas lujosas mansiones junto a la playa en Malibú. El negro de las áreas quemadas, el verde de la vegetación que ha logrado sobrevivir y el blanco de los edificios intactos se combinan en un panorama desolador, transformando un lugar que antes era reconocido como uno de los más hermosos y exclusivos de Estados Unidos.