La casualidad unió a las compañías aeroespaciales de los dos hombres más ricos del mundo al realizar el mismo día las pruebas de sus supercohetes. Este jueves comenzó con el exitoso vuelo inaugural del New Glenn, el cohete de Jeff Bezos, lanzado desde el Centro Espacial Kennedy en Cabo Cañaveral, Florida. El día culminó con la séptima prueba del Starship de Elon Musk desde Texas, un test que, desafortunadamente, resultó en un revés para SpaceX: se perdió la comunicación con la nave.
El despegue del Starship, que consta de dos partes—un cohete llamado Super Heavy y la nave espacial Starship—se produjo a las 23:38 (hora peninsular española). Pocos minutos después, SpaceX logró recuperar con éxito la primera etapa del cohete (el booster o propulsor), un hito alcanzado previamente durante el quinto vuelo de prueba el 13 de octubre, pero que no se logró en el sexto intento. Sin embargo, poco después de la recuperación, se perdió el contacto con la nave espacial, según informó la propia compañía en su transmisión en vivo. El equipo de SpaceX está investigando la causa del fallo y trabajando para solucionarlo.
