El prólogo va directo a los bifes y anticipa un misterio a resolver. Dani (Carolyn Bracken, en uno de los dos papeles que interpreta en el film) se acomoda en su futura casa matrimonial e instala una cámara fotográfica que tomará imágenes repetidamente cada cierta cantidad de segundos, mientras su marido psiquiatra cumple el turno nocturno en una institución mental. Un llamado telefónico a la hermana prefigura algo relacionado con el Más Allá, pero nada de eso es aún del todo claro. Lo que sí resulta transparente es la llegada en la mitad de la noche de un hombre extraño, aún más extraño por su peculiar ojo de vidrio y, post títulos de apertura, que Dani fue asesinada a manos del visitante, uno de los pacientes del mencionado psiquiátrico. Así comienza Médium, genérico título local de Oddity, el segundo largometraje del irlandés Damian Mc Carthy, ejemplar del cine de terror y aledaños que no suele ser la marca distintiva de ese país europeo.