La empresa Vivenio contrató a una compañía de desokupación para intentar expulsar a los familias que habían okupado 28 viviendas en una urbanización de lujo de Carabanchel, en Madrid.
Los okupas se enfrentaron a los vigilantes de la empresa de desokupación armados con cinturones, algún palo y otros instrumentos que sacaron de sus domicilios. Finalmente, lograron echar a los vigilantes de desokupa, uno de los cuales resultó herido.