Bourbon Street, la calle más icónica de Nueva Orleans y escenario del atropello masivo de Año Nuevo que causó 14 muertos y 35 heridos, ha reabierto al público dos días después de la tragedia. Vuelven a la calle los paseantes y la música y los comercios, tratando de recrear una atmósfera de normalidad, pero el ambiente está sesgado por la tristeza y el miedo. Los agentes del FBI y los militares que recorren la zona tampoco dan lugar a un clima más relajado. También se observan todavía vestigios de la tragedia, como escaparates rotos y mobiliario urbano afectado. Algunos operarios limpian aún la zona.Pocos turistas pasean aún por las aceras de esta vía, donde se acumulan los homenajes a las víctimas.
-Redacción-