Un espanto.
De pezones lactantes a humor soez pasando por la blasfemia.
No soy un experto, porque apenas consumo televisión y la Nochevieja de 2024 enfilé hacia la cama apenas zamparme las uvas, pero he estado repasando lo que dieron de si las Campanadas y me parece que han sido un nuevo homenaje al mal gusto y la chabacanería.
Con el objetivo de ‘pillar‘ audiencia, han ido sin rubor de lo absurdo a lo grotesco, pasando por lo cateto.
En la cadena pública que pagamos todos, una paisana de la que no conocía siquiera su existencia hasta hace un a semana, se mofó de la parroquia exhibiendo una estampa en la que se sustituye el Sagrado Corazón por una vaca.
Nunca he sido meapilas y tras asistir atónito al sumiso agilipollamiento de los prelados de nuestra Iglesia, me he hecho bastante anticlerical, pero me parece una ofensa indigna a los cristianos.
Y no tiene la culpa la tal LalaChus, sino los guionistas del programa, los directivos que aprobaron la realización de la farsa y los políticos que los nombran para que les doren la píldora.
El ministro Bolaños ha publicado a toda prisa un mensaje en su cuenta de X tildando las criticas a la mamarrachada de ”primer intento de los ultras de amedrentar” y subrayando que el Gobierno Sánchez impulsara este 2025 la reforma del delito de ofensas religiosas, para facilitar los insultos a los católicos.
Le ha faltado tiempo a José Pablo López, ese que ahora es presidente de la TVE de Sánchez y que antes tuvo el PP manejando Telemadrid y previamente la Conferencia Episcopal al frente de 13TV, para manifestar extasiado su admiración por la actuación de Broncano y LalaChus.
Escribe el etéreo López en Twitter: “Me gusta la gente que arriesga”.
Si de lo que se trata es de arriesgar, échale güevos López.
Pasa inmediatamente una instrucción a esa banda de indómitos chupatintas, que obedecen tus órdenes en el ente, para que empiecen a sacar caricaturas de Mahoma en ‘La Revuelta’, en los telediarios y al final de 24Horas.
Como gracia, como manifestación de libertad y rebeldía.
Y cada vez que cuelguen de una grúa o despeñen de un tejado a un gay en Irán o Afganistán, dedica un programa especial al tema, poniendo en solfa las enseñanzas del Islam.
¡Te ibas a enterar de lo que vale un peine!