Las consecuencias de la DANA que azotó parte de España el pasado 29 de octubre fueron el eje principal del discurso navideño de Felipe VI. En su intervención, el Rey comenzó y concluyó haciendo referencia a la catástrofe y su gestión, lo que lo llevó a reflexionar sobre el funcionamiento actual de las instituciones. «Hemos percibido y entendido la frustración, el dolor, la impaciencia y las demandas de una coordinación más amplia y efectiva entre las administraciones», afirmó.
El monarca enmarcó estas críticas hacia la gestión de la DANA en un llamamiento a la reflexión colectiva. Según explicó, todas estas emociones «provienen de una misma raíz: la conciencia del bien común». A lo largo de su discurso, Felipe VI mencionó el término «bien común» en siete ocasiones, refiriéndose a él no solo como una «conciencia», sino también como una «expresión» y una «exigencia».
