Va a llegar Sánchez empachado a Nochebuena.
Y de turrón del duro, porque menuda semanita le espera.
Hoy arrancó Aldama, con nuevas pruebas y más detalles de la tentacular corrupción del PSOE.
Este martes pasa por el banquillo Koldo, a quien han prometido sus compinches socialistas que, si no suelta prenda, le ayudarán a salir pronto del trullo y parece que ha picado.
El miércoles peregrina Begoña a los juzgados y remata el viernes Cristina Alvarez, la funcionaria que oficia de asistente particular de la mujer del jefe y la ayuda en sus negocios privados.
Este infame gobierno ha perdido el control de la comunicación.
De La Moncloa no salen ya propuestas sino diatribas, contra jueces y periodistas no adictos al régimen.
Y la agenda de Sánchez, ademas de en los garitos donde moran sus socios separatistas y proetarras, se diseña en lo tribunales.
Lo que se vislumbra al final de este via crucis, es un día luminoso en el que el marido de Begoña, después de una testifical, sera imputado por el Tribunal Supremo.
Y ahí veremos qué pasa, porque hay que pedir suplicatorio para interrogarle y si la oposición no espabila, hay muchas probabilidades de que siga teniendo mayoría la Coalición Frankenstein y que el Congreso diga que no.
Con ese horizonte y ante semejante riesgo, no estaría de mas que en el Partido Popular tomarán nota y ejemplo de lo que hace y dice Isabel Díaz Ayuso.
La presidenta de la Comunidad de Madrid instó este domingo al PSOE a que ‘cometan delitos un poco más despacio’, porque que ‘hay tantos casos’ que hay tiempo para investigarlos todos.
“Un poco más lento, por favor”, insistió Ayuso, antes de subrayar que el Gobierno Sánchez está construyendo “un muro al estilo norcoreano, donde predomina la sombra, la oscuridad y el frío”.
No se si es norcoreano o sólo estúpido el anuncio de celebrar 100 actos en 2025 para conmemorar la muerte de Franco en la cama hace medio siglo, pero tengo muy claro que la propuesta de condonar la deuda a las Comunidades Autónomas, que traguen con el expolio que está a punto de aprobarle a Cataluña para que Puigdemont y Junqueras le mantengan de presidente, es gangsteril.
Y me indigna que sólo Ayuso, de todos los barones regionales del PP, tuviera la decencia y el valor de rechazar en voz alta esa pringosa oferta.
Lo que ofrece Sánchez es una mierda como el sombrero de un picador, porque se limita a trasladar la deuda de las autonomías al Estado, para que los gerifaltes locales puedan seguir despilfarrando a cuenta de los sufridos contribuyentes, que son los únicos que apoquinan.
A Sánchez y sus compinches, ni agua y menos a expensas del antaño valiente e indómito pueblo español.