En un tranquilo barrio residencial, la reciente fiesta organizada por la famosa empresaria y modelo Wanda Nara ha generado un gran revuelo entre los vecinos. La celebración, que se extendió hasta altas horas de la madrugada de un lunes, provocó numerosas quejas debido al alto volumen de la música. A pesar de las llamadas a la guardia por parte de varios residentes molestos, el evento continuó sin interrupciones. Algunos vecinos expresaron su frustración en chats comunitarios, destacando que las normas del barrio permiten música solo hasta medianoche durante la semana. Sin embargo, otros mostraron una actitud más comprensiva hacia Wanda, sugiriendo que habrían disfrutado del evento si hubieran sido invitados. La situación ha puesto en evidencia las tensiones entre el derecho al descanso y las celebraciones privadas en áreas residenciales.