Alfonso X de Castilla, conocido como Alfonso X el Sabio, fue el rey de Castilla y de los demás reinos entre 1252 y 1284. Nacido el 23 de noviembre de 1221 en Toledo y fallecido el 4 de abril de 1284 en Sevilla, destacó por su labor legislativa y cultural. Entre sus logros se encuentran la creación del Fuero Real, el Espéculo y el Código de las Siete Partidas, que fueron fundamentales para el desarrollo del derecho en Castilla.
Además de su labor legislativa, Alfonso X el Sabio se destacó por su contribución a la cultura y el saber. Fue un gran promotor de la ciencia y la traducción de textos antiguos, especialmente a través de la Escuela de Traductores de Toledo, donde se unían estudiosos cristianos, judíos y musulmanes. Entre sus obras más notables se encuentran las Tablas Alfonsinas, una de las primeras reformas ortográficas del castellano y la creación de la primera enciclopedia en lengua romance, la "General Estoria".
En cuanto a la leyenda, Alfonso X es recordado en una anécdota popular que relata que al nacer, un sabio le profetizó que sería rey de todo el mundo. Esta leyenda, que circuló ampliamente en la literatura oral y escrita de la época, fue utilizada en diferentes crónicas y textos, incluso en Portugal, Aragón, Navarra y Cataluña. Sin embargo, la aspiración de Alfonso X a la corona imperial no se concretó, frustrando sus ambiciones de gobernar sobre el Sacro Imperio Romano Germánico.
En resumen, Alfonso X el Sabio es recordado como un rey que dejó una huella indeleble en la cultura y el derecho de su época, aunque sus ambiciones imperiales no se cumplieron.
