La catedral de Notre Dame, símbolo del patrimonio cultural y espiritual de Francia, ha reabierto oficialmente sus puertas este sábado tras años de restauración, con una emotiva ceremonia encabezada por el arzobispo de París, Laurent Ulrich. La ceremonia comenzó con un rito solemne: Ulrich golpeó las puertas del templo gótico con una cruz de madera recuperada de los restos del incendio de 2019, mientras los coros de Notre Dame respondían desde el interior entonando el salmo 121 de la Biblia.
El evento, marcado por el viento y la lluvia, reunió a numerosos líderes internacionales, entre ellos Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, acompañado por Jill Biden; la primera ministra italiana, Giorgia Meloni; y el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski. También estuvieron presentes figuras como Elon Musk y miembros de la realeza europea, incluido el príncipe Guillermo de Gales y los reyes de Bélgica, Felipe y Matilda.
Antes de la ceremonia, Zelenski y Trump habían sido recibidos en el Palacio del Elíseo por Emmanuel Macron, en un primer encuentro entre ambos líderes tras la victoria electoral del republicano. Este gesto diplomático ha reforzado la posición de Macron en el escenario internacional, en un momento crucial para definir el apoyo de Estados Unidos a Ucrania en su conflicto con Rusia.
El retraso de Macron, debido a esta reunión, hizo que el primer ministro en funciones, Michel Barnier, diera la bienvenida inicial a los asistentes en la explanada de la catedral, donde se instaló una carpa para el saludo oficial y las fotos protocolarias.
La ceremonia alcanzó su momento cumbre cuando las campanas de Notre Dame, recientemente restauradas, resonaron para señalar el inicio del acto principal. A continuación, el arzobispo Ulrich lideró una breve procesión acompañado de otros clérigos, vistiendo una capa litúrgica decorada con colores verde, rojo, amarillo y azul, cada uno con un significado especial.
La reapertura de Notre Dame no solo marca un hito en la restauración de este icono arquitectónico, sino que también subraya su papel como epicentro de la cultura y la fe europea.
