El Athletic se impone a un plano Real Madrid, a cuatro puntos del Barça, y con Mbappé desaparecido

2024-12-05 9

El partido de los errores –y de los horrores, para los intereses del Real Madrid- se quedó en San Mamés, que llevó en volandas a su equipo. El Athletic, con Berenguer y Guruzeta como los más aventajados de la clase, supo aprovechar las desconexiones en jugadas puntuales del Real Madrid, acabando con su racha de más de once meses sin perder a domicilio en Liga, y anularon el gol de Bellingham en una noche en la que Mbappé siguió sin ser Mbappé.

Como casi siempre en San Mamés -sólo faltó la lluvia para el olor al fútbol puro- el partido comenzó con vértigo y con un Athletic volcado, dejando entrever un nuevo gran partido de Asencio, que salvaba, junto con Courtois, las primeras acometidas locales. Pronto llegó el dominio visitante que redujo las ocasiones ‘athleticzales’ a las pocas pérdidas en medio del campo.

En medio del barullo volvió a marcar Mbappé… tras un fuera de juego que anuló el gol y un posible penalti sobre Rodrygo que llegó a revisar el colegiado, Sánchez Martínez, manteniendo en vilo a San Mamés. El Athletic supo traducir el alivio de la grada en mayor dominio y comenzó a jugar más cerca del área rival, sin ocasiones claras pero sí generando dudas en acciones defensivas puntuales de, en concreto, Fran García, con un pase al centro del campo interceptado que generó una clara ocasión que Berenguer desperdició.

Los locales siguieron en busca de Courtois con un Iñaki Williams incombustible, móvil a lo largo y ancho del frente de ataque. Ya en la segunda mitad el Athletic continuó con la presión asfixiante, hombre a hombre. Con el Madrid desconcentrado un centro lateral dejó en evidencia a Rüdiger y Asencio, que no llegaron a despejar y perdieron de vista la llegada en segunda línea, y Berenguer aprovechó el mal despeje de Courtois para adelantar al Athletic.

No fue hasta la hora de partido cuando se pudo ver el primer disparo a puerta del Madrid, en botas de Mbappé, con una posición franca de remate que desperdició, a las manos de Aguirrezabala. El mismo protagonista que midió mal en la salida de una falta y golpeó en la cabeza a Rüdiger, provocando un penalti que, de nuevo Mbappé, quién sabe si fruto de los fantasmas del pasado en Anfield, del sonido de viendo en San Mamés, falló, gracias a la parada de Aguirrezabala.