Los legisladores británicos han votado a favor de permitir la muerte asistida para pacientes terminales en Inglaterra y Gales bajo estrictas condiciones.
La legislación fue aprobada por una mayoría de 330 votos a favor y 275 en contra tras horas de debate en la Cámara de los Comunes.
Permitiría a las personas cuya esperanza de vida no supere los seis meses solicitar asistencia médica para poner fin a sus vidas.
Aunque el proyecto de ley aún debe someterse al escrutinio de los comités y a posibles enmiendas, supone un paso importante hacia la reforma social en el Reino Unido.
Muchos han comparado la decisión con cambios históricos como la legalización del aborto en 1967 y la abolición de la pena de muerte en 1969.
La cuestión ha suscitado semanas de emotivo debate público, con partidarios que aluden a la compasión por los que sufren y detractores que expresan su preocupación por las garantías y las implicaciones sociales.
La muerte asistida ya es legal en varios países europeos, Canadá, Nueva Zelanda y 10 estados de Estados Unidos.
