Más de 100 familias enfrentan problemas graves tras comprar terrenos en el Club de Campo Lanriqueta, un desarrollo que prometía ser un barrio cerrado con múltiples comodidades. A pesar de haber construido sus casas hace años, los propietarios no pueden habitarlas debido a la falta de aprobación y las inundaciones recurrentes que bloquean el acceso. Las promesas incumplidas del desarrollador incluyen infraestructura básica como calles transitables, luminarias y servicios esenciales. Mientras tanto, las ventas continúan cada fin de semana sin mejoras visibles en el lugar.