Málaga ha sufrido en las últimas horas las peores inundaciones registradas desde hace 35 años, con unas lluvias torrenciales y persistentes que obligaron este miércoles a cerrar colegios, institutos y universidades, a reducir al mínimo la actividad de hospitales y centros de salud y a cortar los transportes urbanos y los trenes (incluida la alta velocidad) ante la afectación por anegación de varios tramos de vías. Además, más de 3.000 personas tuvieron que ser desalojadas de sus viviendas situadas en las riberas de los ríos Guadalhorce, Campanilla, Vélez o Benamargosa. Este último se desbordó a primera hora de la tarde a su paso por el municipio del mismo nombre. Además, hubo que desalojar dos campings y un asentamiento de chabolas en Torre del Mar, con más de 1.000 personas en total.
Los malagueños han visto cómo la lluvia ponía al límite y desbordaba en muchos casos la capacidad de sus infraestructuras, convirtiendo las principales avenidas de la capital y de algunos pueblos de la Axarquía o la Costa del Sol en enormes balsas de agua que se llevaban por delante vehículos y contenedores. Lo ocurrido recuerda mucho a lo que se vivió en fechas similares (un 14 de noviembre, como hoy) hace 35 años, en 1989, cuando una tromba de agua llegó a dejar hasta 150 litros por metro cuadrado en sólo una hora sobre la ciudad. Entonces, la lluvia cayó durante varios días de forma insistente y ocho personas murieron en aquellas inundaciones.