El término homúnculo se usa también comúnmente para describir una figura humana distorsionada dibujada para reflejar el espacio sensorial relativo que nuestras partes corporales representan en la corteza cerebral. Los labios, manos, pies y órganos sexuales son considerablemente más sensibles que otras partes del cuerpo, por lo que el homúnculo tiene labios, manos y genitales extremadamente grandes.
El Dr. Wilder Penfield usaba una imagen parecida para representar el cuerpo según la superficie del córtex motor que las controlaba en movimiento voluntario. A veces visto como un mapa cerebral del cuerpo, el homúnculo motor es en realidad un mapa de la asociación proporcional del córtex con los miembros del cuerpo. También refleja la propiocepción cinestésica, es decir, cómo se siente el cuerpo al moverse. Desempeña un papel principal en el fenómeno de los miembros fantasmas y su opuesto, la desaparición de miembros corporales de la percepción consciente presente en ciertas lesiones cerebrales. Por ejemplo el pulgar, que se usa en miles de actividades complejas, aparece mucho más grande que el muslo, que tiene un movimiento relativamente simple. El homúnculo motor evoluciona con la edad y difiere de una persona a otra. La mano en el cerebro de un infante es diferente a la mano en el cerebro de un pianista. Este tipo de diferencias está abierto a introspección. Probablemente puedas flexionar y extender sólo la punta de tu pulgar a voluntad. La mayoría de la gente puede hacer esto con bastante facilidad, pero relativamente poca gente puede hacer movimientos análogos con el resto de los dedos. La diferencia se debe a las variaciones en la organización funcional de las áreas del cerebro relacionadas.