Mucha gente cree que poner colchones y almohadas al sol ayuda a limpiarlos, pero esta práctica puede tener el efecto contrario.
Aunque el calor pueda parecer eficaz, sólo llega a la superficie y puede facilitar la proliferación de ácaros del polvo, responsables de alergias y problemas respiratorios.
Para mantener la cama limpia, es importante seguir algunas pautas.
Airea el colchón con frecuencia y evita hacer la cama nada más levantarte, dejándola un rato sin hacer para que el sudor se evapore.
Utiliza aspiradoras con filtros HEPA para eliminar eficazmente los ácaros del polvo y la suciedad.
Es fundamental evitar el uso de agua para limpiar el colchón, ya que la humedad del interior puede hacer proliferar los ácaros y dañar las espumas.
Las almohadas pueden lavarse en función del material: el poliéster y el látex suelen ser seguros de lavar, pero las espumas sintéticas y las plumas requieren cuidados especiales.
Para evitar manchas y olores, utilizar protectores de colchón impermeables es una medida excelente.
Se puede aplicar bicarbonato de sodio a la superficie para limpiarla en seco y luego aspirarla, pero es importante evitar mezclas líquidas que puedan generar humedad.
Siguiendo estas recomendaciones, podrás mantener su cama limpia y segura, reduciendo el riesgo de alergias y aumentando la durabilidad de los materiales.