Ahora resulta, según los zelotes de la ‘Brunete Pedrete’, que el estallido de rabia contra Sánchez era, en realidad, contra el Rey.
Y que quienes gritaron y lanzaron barro en Paiporta eran grupúsculos nazis y no el pueblo indignado ante la impericia y la desidia de las autoridades.
La ultraderecha le sirve al PSOE y a sus compinches para un roto y para un descosido.
En el atestado, que la Guardia Civil ha entregado al titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Torrent, se puntualiza que los cinco ciudadanos identificados dando puñetazos al coche del marido de Begoña no son ni activistas políticos ni militantes derechistas, pero ahí tienen a los gurús de La Moncloa filtrando a sus terminales mediáticas y a los periodistas del pesebre un argumentario en el que se asegura que la corrida en pelo al amo del PSOE estuvo cuidadosamente ‘planificada’ y se pinta España como un país trufado de fachas agresivos.
Y añaden, sibilinos, que la idea de ir a mezclarse con las víctimas fue de Felipe VI, a quien estigmatizan por haberse quedado a hablar con los que habían ‘pegado a Pedro’.
Déjense de leches paisanos. Para empezar, porque nadie pegó al amo del PSOE, aunque poco faltó.
Y aunque es capaz de aparecer mañana con un collarín y contar lloroso que tiene una vertebra magullada, la realidad es que huyó como un conejo, con cara de susto, en cuando la cosa empezó a ponerse cruda.
No escapó el más sólido valladar ante el fascismo de todo el Occidente y el gran defensor de la Agenda 2030 cuando le tiraron palos. Le tiraron palos cuando escapaba.
Y esa bochornosa imagen no la arreglan ni TVE, ni El País, ni la Cadena SER, ni LaSexta ni el masivo y bien pagado aparato propagandístico monclovita.
Como se escucha al Rey decirle a un vecino en medio del jaleo, no hubiera sido decente que él y Letizia se quedaran en casa ajenos a la tragedia.
Hicieron muy bien en ir y solo a Sánchez, acostumbrado a usar al Monarca como escudo humano contra la malquerencia ciudadana que desata, se le podía ocurrir parapetarse detrás del Rey para amortiguar la rabia de las gentes víctimas abandonadas a su suerte por su abyecto Gobierno.
No hacía falta ser premio Nobel para imaginar que se iba a organizar una zapatiesta.
Y se organizó y todos quedaron retratados. Felipe VI y Letizia como grandes de España.
Sánchez como un cobarde.
Parece que el Rey tiene la intención de volver y visitar Chiva, otro de los epicentros de la tragedia.
Animo Pedro, deja que vaya solo y vemos que pasa.
Yo les garantizo que nadie la llamara ‘asesino’, nadie le arrojará barro y no se arremolinaran furiosos los indignados, para golpear su coche.