En un escrito presentado por Elba Marcovecchio, se acusa a Alejandra Mendoza de gestionar de manera irregular los bienes bajo su administración. Según el documento, Mendoza habría continuado pagando salarios al personal suspendido, incluyendo a su propio hijo, quien trabaja como chofer. Además, se reportan gastos excesivos en una casa cerrada y en un automóvil de lujo que supuestamente permanece inactivo. La situación se complica con la aparición de transferencias duplicadas para cubrir los gastos médicos de una perrita llamada Salsa, fallecida recientemente. Esta auditoría revela posibles desvíos de fondos y genera dudas sobre la transparencia en el manejo financiero por parte de Mendoza.