La llamada Ruta Canaria se ha convertido en el corredor migratorio más peligroso del mundo. Más de 15.000 personas han perdido la vida en aguas del Atlántico intentando llegar a nuestro Archipiélago. La inmigración irregular se presenta ahora como un fenómeno complejo y dinámico que implica notables desafíos en términos de gestión de recursos, logística, integración y especialmente cohesión social.
En este último año, las Islas Canarias han sido el objetivo del desplazamiento más grande de la historia del hemisferio norte en el continente africano. Abordar esta anomalía, está siendo posible, a pesar de los incomprensibles desencuentros políticos en la gestión de la crisis, gracias a la sinergia de las administraciones públicas, los cuerpos de seguridad y por supuesto el papel de la ONGs, cuya actividad se ha vuelto imprescindible en el proceso del cuidado, custodia de menores, asesoramiento y orientación legal.
Por ello, el Jurado de los Premios Taburiente, ha decidido reconocer con una mención especial a la solidaridad y defensa de los principios elementales de los Derechos Humanos, a todas las organizaciones públicas y civiles que intervienen cada día en recepcionar, acoger, alimentar y orientar a los millares de menores y adultos que sobreviven milagrosamente a la ruta más mortífera del planeta.