En la Reserva Punta Tomba, en Chubut, vive una de las mayores colonias continentales de pingüinos de Magallanes del planeta. No todos la respetan. Fue en el año 2021 cuando un productor local, dueño de un terreno que linda con el área protegida donde habita la especie hace décadas, instaló un alambrado electrificado de 900 metros para dividir el campo. En medio de su aventura especulativa para trazar caminos, avanzó sobre 175 nidos de pingüinos acumulando más de cien muertes, provocó el desmonte de vegetación nativa e impidió la libre circulación de las aves impactando fuertemente en la reproducción de la especie.