Discrepo con Bertrand Ndongo y Josué Cárdenas.
Cavilar en voz alta sobre los excesos sexuales de Errejón y sus adicciones no nos despista de ‘lo importante’.
Cierto que hay algo de cortina de humo en todo el escándalo y que la clave es una maquiavélica maniobra de Pablo Iglesias para resucitar Podemos y volver al primer plano, pero la tremebunda incoherencia del personaje, su falsedad feminista, muestra en toda su vileza la gran estafa woke de estos progres de mierda que nos gobiernan.
Son, aparte de mentirosos, corruptos y ladrones y sobre esto último tenemos que volver.
Supongo que ya han visto, porque la llevamos en la portada de Periodista Digital, la foto de Sánchez con Aldama.
Ambos sonrientes y muy juntitos.
La hizo Koldo, el portero de puticlub convertido por Ábalos en consejero de RENFE, aprovechando un mitin socialista.
Ese retrato, que tiene a los gurús de La Moncloa histéricos, como el despeñamiento de Errejón, tiene el morbo de certificar lo obvio: el Nº-1 de la tentacular trama de corrupción, que pringa a siete ministerios, es Pedro Sánchez.
Hay que ser muy pardillo para sorprenderse con la estampa de Aldama ejerciendo de invitado VIP en un acto electoral del PSOE o posando feliz al lado del marido de Begoña.
Al día siguiente cogió un vuelo con Ábalos, entonces ministro de Fomento, para hacer negocios en México.
El tipo, ahora en prisión por una multimillonaria estafa con hidrocarburos, estaba en Barajas con Ábalos en el encuentro clandestino con la chavista Delcy Rodríguez.
Por cierto, que hoy nos enteramos de que el entonces secretario de Organización del PSOE, telefoneó desde el avión a La Moncloa para decir a su jefe que la paisana no se bajaba del aparato si el presidente del Gobierno español no le aseguraba personalmente que no sería detenida cuando pisara suelo europeo.
Y que Sanchez, el que ha negado que supiera nada de ese viaje ilegal, dio a sicaria de Maduro todas las garantías.
No se si Aldama ayudó a descargar las 40 maletas o pilló alguno de los lingotes de oro, pero es que después aparece reiteradamente al lado de Koldo y a la sombra de Ábalos, montando como un poseso empresas fantasma, para que todos se forrasen con la estafa de las mascarillas, los ‘PCR’.
Y todavía tuvo tiempo de irse a la rusa San Petersburgo a reunirse en secreto en un hotel con Begoña y con Hidalgo, y apañar una sustanciosa comisión en el rescate de Air Europa.
Y de domiciliar sociedades en Elvas, la hermosa villa portuguesa donde se empadronó para no pagar impuestos en España el musico David ‘Azagra’, hermano de Sánchez.
Las excusas que incluye hoy La Moncloa, en su argumentario para ministros sumisos y periodistas amarrados al pesebre, tienen el mismo valor de las que desgranan Yolanda Díaz, el ministro Urtasun y los atribulados aparatchiks de Sumar, sobre las tropelías de Errejón.
También ellos dicen que no sabían nada, que todo fue casual y que la próxima vez estarán más atentos.
No habrá próxima vez, porque les vamos dar un