Otro episodio más del tren de la vergüenza extremeño. Por la mañana, en Moncloa, se reunían el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, que entre sus reivindicaciones estaba, de forma especial, el conseguir una mayor inversión para mejorar el déficit de infraestructuras en esta comunidad autónoma, sobre todo por vía férrea. "Estamos inmunizados de promesas, queremos hechos e inversiones", se quejó posteriormente la extremeña tras el encuentro. Sólo pocas horas después se producía otro grave suceso que acumular a la larga lista de desagravios, una realidad diaria, sin exagerar, que sufren los pasajeros en Extremadura desde hace muchos años.
Había muchos pasajeros en el tren de media distancia que había partido de Atocha, en Madrid, con destino a Sevilla a las 10.55. En Cáceres, los pasajeros ya comprobaron que iba con retraso en unos vagones completamente llenos. Tenía previsto salir de la estación cacereña a las 14.31, pero lo hizo con retraso de más de 20 minutos. Entre los afectados había mucha gente mayor y muchos estudiantes, todos con maletas para el fin de semana.