El horario de verano es el periodo entre marzo y noviembre en el que la mayoría de la gente ajusta sus relojes una hora.
Los relojes se adelantan una hora en primavera para que la luz del día dure más en los meses de verano.
En otoño, los relojes se retrasan una hora, lo que garantiza más luz diurna por las mañanas durante los meses de invierno.
En el hemisferio norte, el equinoccio de primavera se produce el 19 de marzo y marca el comienzo de la primavera.
Este hábito tiene partidarios y detractores: hay quienes prefieren más luz por la mañana y quienes, por el contrario, quieren más luz al final del día.
Muchos expertos creen que el cambio de hora afecta negativamente a nuestro ritmo circadiano, ya que adaptamos las horas de Sol a nuestras rutinas y no al revés.