La entrega del primer Martín Fierro dedicado al cine marca un hito en la industria audiovisual argentina, destacando la importancia de reconocer el talento en un año con escasa producción televisiva. Este evento celebra a actores, técnicos y al público amante de la ficción nacional, mientras se reflexiona sobre el impacto de las políticas gubernamentales en el sector y se aboga por un renacimiento de la ficción televisiva.