Un ataque con drones lanzado por Hezbollah desde el Líbano hacia Israel ha puesto en evidencia las limitaciones del sistema de defensa Cúpula de Hierro. Uno de los drones logró evadir la interceptación y cayó en una base militar israelí, mientras que otro fue destruido en el aire. La capacidad de los drones para volar a baja altura plantea un desafío significativo para la seguridad aérea del país, que está investigando cómo mejorar su respuesta ante estas amenazas sofisticadas.