Culmina la anexión de cerca de 300 mil kilómetros cuadrados de Checoslovaquia por parte de la Alemania nazi. Así se pone fin a la crisis de los Sudetes, en base al Pacto de Múnich, por el cual Inglaterra y Francia ceden a las presiones de Hitler, deseoso de incorporar al Reich la región checa habitada por una minoría alemana. La crisis estuvo a punto de desencadenar la guerra, que recién comenzará con la invasión de Polonia, en septiembre de 1939. Los Sudetes volvieron a ser checos después de la Segunda Guerra.