En la comunidad científica se tendía a pensar que esas estructuras eran resultado, mayormente, del paso de miles de millones de años de evolución.
"Las teorías actuales sugieren que, para que una galaxia sea tan ordenada como nuestra propia Vía Láctea deben haber transcurrido miles de millones de años", señala el ESO en su comunicado.
Sin embargo, la detección de REBELS-25 "desafía esa escala de tiempo", explicó la institución con sede en Garching (Alemania).
"Ver una galaxia con tales similitudes con nuestra propia Vía Láctea, que está fuertemente dominada por la rotación, desafía nuestro entendimiento sobre la rapidez con la que evolucionan las galaxias del universo temprano hasta convertirse en las galaxias ordenadas que vemos ahora en el cosmos", dijo Lucie Rowland, autora principal del descubrimiento.