El 15 de noviembre de 1532, 168 conquistadores españoles llegan a la ciudad santa de Cajamarca, en el corazón del Imperio Inca, en Perú.
Agotados, superados en número y aterrorizados, tienen delante de ellos acampadas 80.000 tropas incas y la comitiva del propio emperador.
Sin embargo, en sólo 24 horas, más de 7.000 guerreros incas yacen muertos; el Emperador languidece en cadenas y los europeos victoriosos comienzan un régimen de terror colonial que barrerá el continente americano.