La Escala de Vientos Huracanados de Saffir-Simpson clasifica los huracanes en función de la velocidad sostenida de sus vientos y calcula sus daños potenciales.
La escala tiene cinco categorías, que van de la categoría 1, la más débil, a la categoría 5, la más grave.
Una tormenta de categoría 3 o superior se clasifica como "huracán de gran intensidad" debido a su gran potencial de destrucción y pérdida de vidas humanas.
Los huracanes de categoría 1 tienen vientos sostenidos de 119/153 km/h.
Aunque se consideran los menos graves, causan grandes daños en tejados y revestimientos de casas bien construidas, así como cortes de electricidad que duran días.
Ejemplos notables son el huracán Sandy en 2012 y el huracán Irene en 2011, que causaron inundaciones generalizadas a pesar de su categoría relativamente baja.
Los huracanes de categoría 2 tienen vientos de entre 144 y 177 km/h, causando daños más extensos a las casas y arrancando árboles.
Los cortes de electricidad en estas tormentas pueden llegar a durar semanas. El huracán Floyd, que azotó Estados Unidos en 1999, provocó inundaciones costeras generalizadas.
Un huracán de categoría 3, con vientos de entre 178 y 209 km/h, provoca "daños devastadores".
Las casas bien construidas pueden sufrir daños importantes, y es probable que un gran número de árboles sean arrancados de raíz, bloqueando carreteras y cortando la electricidad.
Entre las tormentas de categoría 3 destaca el huracán Wilma en 2005.
Los huracanes de categoría 4, con vientos de 210-250 km/h, se consideran catastróficos.
Pueden causar daños estructurales en las viviendas, arrancar la mayoría de los árboles y hacer inhabitables las zonas residenciales durante semanas.
En 2021, el huracán Ida azotó Luisiana, causando inundaciones generalizadas y dejando a millones de personas sin electricidad.
El más grave, de categoría 5, presenta vientos sostenidos de 251 km/h o superiores.
Causan daños catastróficos: destrucción total de viviendas, cortes de electricidad generalizados, zonas totalmente inhabitables durante meses.
Entre los huracanes famosos de categoría 5 se incluyen el huracán Andrew de 1992 y el huracán Irma de 2017, que causaron devastación en el Caribe y Florida.
Aunque los huracanes de menor categoría aún pueden causar daños significativos, la distinción entre categorías ayuda a calibrar el potencial de destrucción.
El aumento del número e intensidad de huracanes debido al cambio climático hace que comprender estas categorías seacrucial.