Los estudios demuestran que sólo 20 segundos diarios de autoabrazos pueden mejorar significativamente la resiliencia emocional.
Según la Dra. Kristin Neff la autocompasión, es decir, tratarse a uno mismo con amabilidad en los momentos difíciles, afecta positivamente a la salud mental y reduce el estrés.
Una práctica clave consiste en autocalmarse mediante el tacto suave, como poner la mano sobre el corazón o abrazarse a uno mismo.
Esta acción activa el sistema nervioso parasimpático, reduce los niveles de cortisol y calma el cuerpo.
Esta práctica también es beneficiosa en momentos de autocrítica, ya que fomenta una mayor autocompasión y conexión con las propias emociones.
Un estudio realizado en 2021 descubrió que sólo 20 segundos de caricias de autocompasión reducían significativamente los niveles de cortisol.