El Gobierno Sánchez pretende acabar de un plumazo con la libertad de prensa.
La jornada del 17 de septiembre de 2024 pasará a los anales de la historia del periodismo en España como una de las más negras en cuanto al ataque que se intenta perpetrar desde las filas socialcomunistas.
El Ejecutivo sanchista presentó con todo lujo de detalles en qué consiste su proyecto para controlar a los periodistas y monotorizar qué escriben y sobre quién.
Vicente Vallés, en su informativo de Antena 3 Noticias, explicó cómo se gestó a finales de abril este 'plan Begoña', que consiste básicamente en evitar todas las informaciones relativas a la mujer del inquilino de La Moncloa:
Nada de lo ocurrido hoy es ajeno a lo que ocurrió la pasada primavera. Se publicaron detalles polémicos sobre las actividades profesionales de la esposa del presidente. Eso derivó en una investigación judicial. El presidente entró en cólera, se encerró en Moncloa durante cinco días y al salir de su encierro anunció que iría a la guerra contra aquellos que le habían enfurecido.
Pedro Sánchez decidió acabar con la máquina de fango y regenerar la democracia. Es decir, la democracia debía regenerarse y se debía controlar a los medios del fango debido a los problemas de la esposa del presidente. Hoy, cinco meses después, el Consejo de Ministros ha dado la primera batalla en esa guerra que anunció el presidente del Gobierno en abril porque meses después de que se iniciaran aquellas investigaciones, según Moncloa, la democracia está desgastada.
A renglón seguido, metió un corte del titular de Justicia, Félix Bolaños:
Hay ciertos elementos de desgaste en la percepción que tienen los ciudadanos sobre la democracia. Esos elementos de desgaste vienen motivados básicamente por la desinformación, por los bulos que corren en nuestras democracias y que desde luego son corrosivos para esa información veraz a la que tienen derecho los ciudadanos en virtud de la Constitución Española.
Al que apostilló lo siguiente:
La culpa de que se haya desgastado nuestra democracia la tienen los medios que, según el poder político, desinforman. Y como consecuencia, un ministro ha decidido que era pertinente utilizar una palabra muy significativa sobre sus verdaderas intenciones. El Gobierno quiere intervenir en los medios. Intervenir.
Y puso las palabras del ministro de Cultura, Ernest Urtasun:
Es imprescindible que las instituciones no seamos financiadoras del virus que pretende socavar nuestras libertades desde dentro. Y que por el contrario, podamos intervenir a favor de los verdaderos medios de información, garantizando un sistema de medios que sea plural, y apoyando el trabajo de los verdaderos profesionales para que puedan realizar su trabajo en libertad y en las mejores condiciones.
Vallés remachó con esta reflexión:
Intervenir. El Gobierno quiere intervenir en favor de lo que considera los verdaderos periodistas. Pero no ha especificado quién hará la lista de los verdaderos informadores ni qué criter
