En un acto de valentía y desesperación, una abuela se infiltró en una organización de trata de personas para rescatar a su nieta. La justicia no actuó, por lo que ella tomó el asunto en sus propias manos, arriesgando su vida. Ahora, frente a los tribunales, apoya a otra madre que busca respuestas sobre la desaparición de su hija de 17 años. La situación ha generado temor y preocupación entre las familias afectadas.