Amar más allá de lo que el mundo espera, más allá de la vida y de la muerte, es la esencia de este hermoso documental autobiográfico de Hugo Noël Santander Ferreira. A través de poemas escritos por él y su esposa, la poeta sincelejana Leyla Margarita Tobías Buelvas, Hugo nos relata su extraordinaria historia, tan idílica como desgarradora y, finalmente, épica, en virtud de su poesía mística.
La primera parte del documental es romántica y no defrauda. Hugo propone matrimonio a Leyla a los treinta minutos de conocerla en las playas de Tolú. Su primer encuentro fue similar al de Verlaine con Rimbaud: nació a partir de un poema que Hugo escribió a su hermanita fallecida, "Reyes del Mundo", del poemario "Himnos a la Muerte". Leyla se pregunta por qué nunca ha escrito una elegía para su padre, lo que la lleva, años después, a componer uno de los más hermosos cantos del documental: "Elegía de mi padre Juan".
Los poetas se casan y comparten su amor con la audiencia a través de ritmos encantadores que van desde el tango y la cumbia, hasta el tecno-pop y la canción de cuna. Hugo utiliza su dominio de la Inteligencia Artificial para dar música y voz a esos poemas. Que las melodías sean inolvidables es prueba del potencial de las "piedras" —como Hugo llama a la IA en uno de sus poemas de "Rey de Reyes"—, para interpretar sus versos. Es a partir de esa interpretación que los algoritmos de la IA componen tan memorables melodías.
El tercer protagonista de este filme es Cleopatra, una perrita Boston Terrier para quien Leyla escribió un libro infantil de poemas: "Cleo, el angelito que bajó del cielo". Es entonces cuando la pareja enfrenta una serie de percances que mantienen al espectador en vilo durante casi una hora de drama, lágrimas y milagrosa esperanza. Leyla pierde cuatro bebés, y Cleopatra es envenenada, justo en vísperas de la pandemia.
Algunos periodistas cuestionan que Hugo haya propuesto matrimonio a Leyla tan rápido, y que ella haya aceptado. Otros presuponen que su vida ha estado marcada por el luto y la depresión. Un tercer grupo no entiende por qué Hugo no es ateo, siendo filósofo y políglota. La respuesta es tan simple como extraordinaria: Hugo afirma haber sido ungido por Dios como Profeta para el Juicio Final. Tres poemas místicos se presentan con tal ternura y convicción que nos persuaden de que, si lo que Hugo dice no es cierto, al menos tiene todas las razones para creerlo. Relata con objetividad la caída de las Torres Gemelas, el fin de los terremotos en 2012 y el anuncio de la pandemia al Nuncio Papal en Pittsburgh, explicando sus causas espirituales.
Estas experiencias llevan a Hugo y a Leyla a no lamentar la pérdida de sus bebés, sino a afirmar la vida eterna, seguros de un futuro reencuentro. Su fe es admirable, pues transforma una fuente de tristeza y desesperación en alegría y esperanza.
Sin embargo, el mayor valor de este documental no radica solo en la historia, sino en la riqueza que sus versos nos ofrecen. Hugo y Leyla
