El aumento de la grasa abdominal no solo depende de qué comemos, sino de cuándo comemos.
Investigaciones recientes indican que los horarios de las comidas pueden influir significativamente en nuestro cuerpo y en nuestro peso.
Los científicos creen que la desregulación circadiana, es decir, la irregularidad en el ciclo del sueño, es un factor crucial en el aumento de peso y otros problemas de salud.
Esta desregulación es especialmente evidente entre los estudiantes universitarios, que a menudo tienen patrones de sueño irregulares debido a noches alteradas y mañanas tempranas.
Cuando estos estudiantes comen tarde por la noche y desayunan al día siguiente, sus cuerpos no tienen tiempo suficiente para ayunar.
El ayuno es vital, ya que permite al organismo recuperarse, repararse y quemar grasas.
El mismo fenómeno puede ocurrir cuando viajamos y nuestros horarios de comida y sueño no están sincronizados.
Comer y dormir más tarde los fines de semana también puede perjudicar la digestión, ya que el organismo no está acostumbrado a estos horarios tan variados.
La digestión y otros procesos corporales complejos requieren una coordinación eficaz, y la falta de regularidad puede reducir esta eficacia.
Los expertos recomiendan mantener un patrón de sueño constante todos los días de la semana, con excepciones ocasionales.
Esto ayuda a establecer una rutina que regulariza el ritmo circadiano y mejora la eficacia de los procesos corporales.