Tener una relación sana y duradera requiere algunas actitudes esenciales.
La comunicación abierta y sincera es fundamental para crear una verdadera intimidad, que va más allá de estar juntos físicamente o tener relaciones sexuales.
También son importantes los pequeños gestos, como los abrazos y los momentos de afecto.
El compromiso y la responsabilidad son fundamentales porque implican pensar en nuestra pareja a la hora de tomar decisiones, e incluso hacer pequeños sacrificios.
Ser un apoyo del otro y mantener la admiración mutua son actitudes que fortalecen la relación.
También es importante no intentar cambiar a la pareja. En lugar de eso, comparte diferentes puntos de vista sobre cómo actuar y recuerda que la única persona a la que podemos cambiar es a nosotros mismos.
Intentar moldear a la otra persona puede ser señal de que no la aceptas tal como es, sino a la imagen que te gustaría ver en ella.