Este mes los niños y niñas regresan a clases en Venezuela y debemos hacer memoria de lo que ha ocurrido durante más de un año pues una vez decretado el confinamiento en marzo de 2020, los creímos protegidos, pero al mantenerse hiperconectados en casa, realmente se amplió su exposición a depredadores, a contenido de índole sexual, racista o cargado con mensajes de odio. Se dio rienda suelta a la pérdida de privacidad y del resguardo de la identidad de los niños. En este capítulo de Entre Líneas, veremos que aún hay más secuelas.
Hablamos de riesgos de contenido, contacto y conducta. Este último apartado se alcanzó cuando el niño pasó a ser prosumidor, contribuyendo en muchos casos a promover contenido odioso que atentan contra otros de su edad.
Sumando datos de la UNICEF abordamos por qué hay que observar al nuevo niño y adolescente que tenemos en casa pues cambió su forma de aprender y su comportamiento de forma más radical que cualquier confinamiento y a una velocidad más rápida que cualquier virus.