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La Guerra Fría relanzada por Trump se agudiza con
Biden y Venezuela es parte de ella (+Pérez Pirela)
La nueva Guerra Fría, que parecía ser cosa de Donald Trump, podría estar agudizándose con Joe Biden, involucra a países como China, Rusia e Irán, pero también a Venezuela, como una nación que no ha cedido a la vocación hegemónica de Estados Unidos y sus aliados europeos.
El diagnóstico surgió durante una emisión del programa Desde donde sea en la que su conductor, Miguel Ángel Pérez Pirela, se paseó por un abanico de temas, incluyendo el geopolítico, relativo a las relaciones del nuevo gobierno de EEUU con países como los mencionados y las señales de alguna distensión concertada en el escenario venezolano.
Fue en ese contexto que abordó la reapertura de una etapa de negociaciones alrededor de Venezuela, que en el plano interno se manifiesta en diálogos y acercamientos del gobierno con diferentes sectores. En este sentido, citó las declaraciones del presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, a través de su cuenta Twitter:
“En la sesión de esta tarde juramentamos a los miembros del Comité de Postulaciones (diputados y sociedad civil) para selección del Poder Electoral. En dos meses, como reza nuestra Constitución, Venezuela tendrá un nuevo CNE que rija los procesos electorales los próximos 7 años”
Aseguró el filósofo y analista político que en este tuit está concentrada gran parte de la estrategia a desarrollar para darle un vuelco a la situación política que ha caracterizado al país en los últimos años, toda vez que la designación de un nuevo Consejo Nacional Electoral -que en Venezuela es un poder autónomo del Estado-, ha sido planteada por diversos sectores opositores como un requisito para que haya una amplia participación en futuros procesos electorales.
Señaló que muy probablemente, mucha gente se pregunte por qué designar un nuevo CNE si los rectores en ejercicio fueron nombrados en 2020. La respuesta es porque durante el período legislativo pasado, la AN, en particular cuando estuvo bajo la presidencia de Juan Guaidó, se negó a avanzar en el nombramiento del CNE, pues su propósito siempre fue impedir que hubiese elecciones. Por ello, el actual órgano comicial debió ser designado por el Tribunal Supremo de Justicia, es decir, por el Poder Judicial y se acordó que su mandato fuese solo para organizar las elecciones parlamentarias que se realizaron el pasado 6 de diciembre. “Ahora, con una nueva AN, una de las tareas prioritarias es designar al nuevo CNE, ya no desde el Poder Judicial, sino desde la AN, cómo debe ser en primera instancia, pues de ello depende que los partidos opositores puedan postular candidatos a los siguientes procesos que son, en ese orden, las elecciones regionales y municipales. Algo me dice, me huele en el ambiente, que serán unas megaelecciones para gobernadores y alcaldes el mismo día, pues esto aceleraría los tiempos políticos y facilitaría la búsqueda de una salida a nuestros problemas económicos y sociales”.
Destacó que las negociaciones que han comenzado a reactivarse con la nueva AN son de rango nacional, es decir, que las mesas de diálogo ya no son solo para los cogollos de los partidos políticos, sino que también han sido convocados sectores empresariales, sindicales y de otras organizaciones. Un claro ejemplo de ello es la reunión del martes de esta semana en la que participaron representantes de los trabajadores públicos y privados para tratar uno de los temas más difíciles del momento: la pérdida muy acentuada del poder adquisitivo del salario, que en estos momentos es uno de los más bajos a escala mundial, debido a la contracción económica generada por la crisis y por las medidas coercitivas unilaterales y el bloqueo estadounidense y europeo a Venezuela.
Citó nuevamente a Jorge Rodríguez, quien expresó, luego de ese encuentro que uno de los objetivos es “buscar el encuentro y la confluencia y conseguir propuestas para que la Asamblea Nacional se convierta en un instrumento para que las mismas sean canalizadas, según lo que establece la Constitución y las leyes”.
En el encuentro se planteó que las empresas privadas están pagando mejores salarios que el sector público, pero aun así siguen siendo muy bajos, respecto a las enormes ganancias que las compañías están registrando.
Los representantes laborales plantearon una articulación permanente de la clase obrera con la AN, una mesa de discusión con Fedecámaras y