Ahora le toca a Biden: Venezuela y la creación de un "Estado fallido"

2024-09-04 0

Desde Washington hasta Berlín, los políticos más encopetados y poderosos de occidente aman hablar de la comunidad internacional, como si sólo ellos supieran cómo interpretarla correctamente, se adelantan a consensos, deciden itinerarios mundiales y fuerzan la salida o permanencia de ciertos mandatarios, todo en nombre de una comunidad internacional que brilla por su ausencia.

En la actualidad hay más de 190 países soberanos reconocidos por la Organización de Naciones Unidas (ONU), a pesar de reunirse y sesionar cada tanto para resolver asuntos de interés regional o global, rara vez se mueven en bloque. Sin embargo, cada vez que un secretario de Estado de la Casa Blanca habla, no lo hace en representación de EEUU nada más, sino también de sus aliados en Europa y en el mundo, cuyo número, cada día más estrecho, es abultado por los grandes medios de comunicación. Así justifica sus acciones contra estados canallas y fallidos, contra amenazas extraordinarias y adversarios económicos, desde Afganistán, en el 2001; hasta Libia en el 2011; así desconoce a presidentes legítimos, como Nicolás Maduro; y ratifica a autoproclamados como Guaidó.

¿Qué son, entonces, la ONU, la UE, el MNOAL, cuando un solo canciller o diplomático estadounidense o británico puede interpretar a la comunidad internacional entera y decidir por ella? ¿Espectáculo para aplacar a los que esperan ver democracia y cooperación?

La investigadora y periodista, Naile Manjarrés, en esta nueva entrega de Entre Líneas, analiza el complejo significado de la comunidad internacional como concepto, junto a otros términos enmarcados en esta, como el de estado fallido; cuyo papel en la geopolítica ha servido y sirve para justificar acciones unilaterales por parte de potencias hegemónicas, que se adjudican el derecho de decidir por el mundo para preservar su supremacía.