Juan Dávila vende entradas como churros. Su Palacio del pecado, que así es como se llama su show actual, está siempre hasta bandera. Es uno de los monologuistas más conocidos entre los jóvenes, los gitanos, los discapacitados, minorías varias y, por supuesto, todo aquel que tenga redes sociales. "Mucha gente me dice que soy el cómico del pueblo", asegura el actor tras explicarle a Mara Torres el verdadero significado de su transgresor espectáculo. Su talento es conseguir que todo el mundo, independientemente de su condición, "pueda reírse de sus propias miserias".