#Discriminación #edad
Como te ves, me ví; como me ves, te verás. Esa es la máxima de nuestros abuelos. ¿Y sabes qué? Tienen razón.
Sin embargo, cuando se es joven no pensamos que llegaremos a la edad de nuestros abuelos. Cuando somos niños pensamos que tener 40 años ya es ser anciano, pero cuando alcanzas el cuarto piso, dices: ‘Ah no, soy joven’. Y la realidad es que a partir de los 30 comienza el proceso de envejecimiento.