Puede que no hayas pensado en ello, pero decirle constantemente a un niño que es "bueno" puede no ayudar a su autoestima.
Por supuesto, la intención es buena, pero eso no es algo que realmente ayude a los niños, sino todo lo contrario.
Elogiar a un niño o niña diciéndole "¡Bravo!" cuando consigue un determinado resultado, puede hacer que se sienta presionado por el juicio sobre su persona y no sobre el objetivo conseguido.
Esto activa un círculo vicioso en el cerebro del niño que no se sentirá lo suficientemente bueno, porque habremos atribuido un juicio a su persona.
Esto puede ser perjudicial en una etapa tan delicada del desarrollo de su autoestima en la que recibir cariño y aprobación es fundamental.
En lugar de "bravo” o “bien” podemos utilizar frases que vayan más allá del valor de una persona: “has trabajado mucho”, “¡enhorabuena!" o “¿estás contento?”.
Estas frases enfatizarán el logro y los sentimientos del niño más que nuestras expectativas, y son por tanto mejores alternativas.