Controvertido, reaccionario, ajeno a las técnicas de interpretación y obsesionado con la imagen del doble, el actor de la deslumbrante belleza encarnó como nadie la esencia misma del arte que le convirtió en icono y fantasmagoría en películas como 'Rocco y sus hermanos', 'A pleno sol', 'El gatopardo', 'El silencio de un hombre' o 'Nouvelle Vague'