La sequía ha convertido en desiertos tres lagunas de Chihuahua, en la frontera norte de México, donde los campesinos denuncian la muerte de decenas de miles de peces y un “desastre ecológico” que el Gobierno ha desatendido. La laguna de Bustillos, la laguna de Encinillas y la laguna Fierro pasaron de ser robustos cuerpos de agua a pequeños charcos rodeados de peces agonizantes o podridos.
En Chihuahua, el estado más grande del país, toda la entidad presenta algún grado de sequía 'severa', 'extrema' o 'excepcional'.