En Dajla, la ciudad más sureña de los territorios ocupados del Sáhara Occidental, se levanta una pequeña iglesia española cerrada de forma intermitente durante cuatro décadas hasta que hace dos años, a raíz de la creciente llegada de migrantes subsaharianos, decidió reabrir sus puertas para atender a una comunidad hostigada por las autoridades del régimen alauí.